Queda más de una semana para que se presente, pero se ha filtrado la primera build de Windows 11 en forma de ISO. El sistema operativo de Microsoft confirma su nuevo nombre y un cambio de diseño radical, y hemos tenido acceso a la ISO de Windows filtrada para poder probarlo para vosotros. En esta primera prueba del sistema nos hemos dado cuenta de algo muy importante: que Microsoft no ha aprendido nada.
Esta build no debería haber llegado hasta por lo menos finales del mes de junio. Microsoft ha pausado durante semanas las actualizaciones para Insiders para lanzar esta de golpe con todos los cambios que llegan al sistema, y el cambio de interfaz es radical. Tan radical, que básicamente han unido Windows 10X con Windows 10, y el resultado que tenemos es Windows 11.
El proceso de instalación es similar al que teníamos desde Windows 8, con el particular fondo morado. Pero todo cambia cuando arrancamos el sistema por primera vez, donde tenemos un diseño completamente nuevo de la instalación inicial.
Cambio radical de interfaz: Windows 11 es Windows 10XLa interfaz, como decimos, se parece muchísimo a Windows 10X, y tiene sentido, ya que Microsoft afirmó que iban a abandonar el sistema y usar todo lo aprendido en él para aplicarlo en su sistema operativo de escritorio. De 10X tenemos el mismo diseño base, el nuevo menú de inicio, y la barra de tareas. Y la verdad es que, a nivel personal, nos parece preciosa.
La barra de tareas lleva todos sus iconos al centro, aunque por suerte Microsoft permite llevarlo a la izquierda como en las anteriores versiones. Algunos accesos directos han cambiado, donde por ejemplo la barra de tareas ya no tiene el acceso directo al Administrador de tareas. Tampoco podemos mover la barra de tareas a la parte superior ni lateral: ahora tendrá que estar abajo por narices.
Aunque el menú de inicio haya cambiado, algunas cosas a nivel de diseño base siguen funcionando prácticamente igual, como es el caso de la búsqueda, que tiene las mismas funcionalidades. El botón de apagado ahora está a la derecha, siendo más fácil de encontrar. También vemos que hay nuevas aplicaciones instaladas por defecto, como Netflix, Spotify o Photoshop Elements. Esta última puede que se anuncie en forma de algún nuevo acuerdo con Adobe en la conferencia del 24 de junio.
Con un estilo que recuerda a Apple, los widgets vuelven a Windows con un diseño redondeado, fluido y moderno, integrándose de manera excelente en la interfaz del sistema. También tenemos modo claro y modo oscuro, pero no podemos probarlo sin activarlo, y apuntándonos al programa Insider tampoco permite usar esas funciones. Toda la zona de personalización de barra de tareas requiere activar el sistema, tal y como se había confirmado hace unos meses que iba a llevar para Sun Valley.
El explorador de archivos sigue siendo el mismo de siempre, con cambio en los iconos como habíamos visto en builds anteriores, y con ligeros cambios como un espacio mayor entre las carpetas, el cual es totalmente innecesario.
Las esquinas de las ventanas son redondeadas, siempre y cuando tengamos los drivers instalados y la aceleración por 3D. En las imágenes, estamos ejecutando el sistema en una máquina virtual, donde los drivers de vídeo no están instalados. En la siguiente imagen vemos cómo son una vez que tenemos una tarjeta gráfica con aceleración.
Windows 11 ya muestra algunos cambios a peorAl usar el sistema vemos uno de los cambios más importantes: las ventanas no se agrupan abajo ni se pueden separar de momento como tenemos ahora, donde podemos ir rápidamente a los contenidos que tenemos abiertos en el sistema y elegir que se muestre el texto completo en los mismos. Este es uno de los primeros fallos que va a hacer que mucha gente se queje, ya que tenemos un espacio desaprovechado, y se tarda más en reabrir los elementos que tengamos abiertos. Este tipo de cambios han de ser consensuados.
El segundo es que el sistema sigue teniendo elementos de la interfaz Shell32 antigua, donde sólo cambian los bordes redondeados y el diseño de los botones. El Panel de control sigue estando presente en el sistema, y por tanto Windows 11 sigue demostrando que no es nada fácil romper con el pasado. Microsoft se ha limitado a cambiar cosas que podía cambiar de manera más sencilla, pero el núcleo duro del sistema sigue siendo el mismo.
Así, Windows 11 es un lavado de cara muy agradable, pero está por ver si no se les acumularán las quejas durante los próximos meses. La compañía tiene hasta octubre o noviembre para implementar cambios en función de la respuesta que tenga entre los usuarios. Pero el hecho de que en apenas 30 minutos de uso ya haya cambios a peor en algunos elementos demuestra que van a tener que recular en muchas cosas.